Desde que el ser humano tiene existencia, ha utilizado elementos para marcar reglas, así como derechos y obligaciones. En ese aspecto, el acceso a servicios o recintos físicos ha ido evolucionando con los famosos tickets de compra. Pues la blockchain y los NFTs pretenden eliminar todas esas desventajas que el papel y lo digital no terminaba de solucionar. Veamos cómo.
En un principio, el auge de la digitalización ha ido sustituyendo progresivamente a las entradas de acceso emitidas en papel. Comenzaron a surgir las entradas electrónicas por correo, con QR o códigos de barras. En esta era, la tecnología blockchain se está abriendo paso en el mundo del ticketing, ya ofrece una serie de beneficios que eran impensables hasta ahora.
Los NFTs luchan contra las falsificaciones
Un ticket en formato NFT se almacena de manera inmutable en una blockchain. Esto posibilita que sea guardado en este registro descentralizado, de manera transparente y accesible. Cualquier persona (en especial los que controlan los accesos) puede verificar que está vinculada al evento indicado, así como el valor de la entrada.
Asimismo, ayuda a los clientes a sentirse seguros a la hora de adquirir una entrada, a la vez que permite a los organizadores tener un mayor control para establecer ciertas reglas. Como, por ejemplo, autorizar o no la reventa de entradas o a partir de una cierta cantidad. Esto redunda en un mayor grado de control para ambas partes.
Fabricación casi inmediata
La creación de un NFT se realiza casi de manera automatizada en marketplaces como Opensea. A día de hoy, no hay que preocuparse por la creación de los metadatos vinculados a la entrada. Esto permite que se puedan poner a la venta en poco tiempo.
Esto supondría un mayor grado de comodidad y flexibilidad para el acceso a recintos con aforos limitados y en los que se quiera elaborar una estrategia de discriminación de precios. Esto hace referencia al lanzamiento de tiradas de manera progresiva y con diferentes precios según los beneficios adheridos que aporte.
Comisiones de un mercado secundario
Gracias a los NFTs, se puede regularizar las prácticas de reventa, muy populares en eventos deportivos o de música. En este ámbito, por primera vez los organizadores del evento podrán sacar rédito económico de estos intercambios gracias a las regalías.
Estas se podrán elegir en función del marketplace donde se muestren y ese porcentaje suele oscilar entre un 2% y el 10%. De hecho, hay muchos promotores de eventos que intentan que haya el mayor volumen de reventas posibles para incrementar la facturación por esas vías.
Mayor fidelización de los fans
Gracias a las características intrínsecas de los NFTs y de su tecnología subyacente, se puede conseguir un efecto de mayor «engagement» de fans alrededor de una marca que realice varios eventos en los que interactúe con su audiencia.
Por ejemplo, se podría monitorizar cuantas personas acuden de manera recurrente a ver un partido de futbol del Real Madrid en el Bernabéu y premiar a los mismos con diferentes experiencias como cenar con los jugadores en una concentración o determinar cierto tipo de merchandising.
Además, se puede valorar y gamificar el grado de implicación de ciertos usuarios, logrando un trato personalizado y un conocimiento brutal de la audiencia. Sin lugar a dudas, los NFTs como puerta de acceso a eventos son una grandísima herramienta para aumentar su satisfacción con el evento y acto seguido, con la marca