La minería de criptomonedas es una actividad que no es recomendable para todo el mundo. Hoy en día, se ha convertido en poco lucrativa incluso para las grandes empresas del sector. Sigue leyendo y descubre los factores que desincentivan a realizar esta actividad minera de manera particular.
La minería de criptomonedas es la actividad que consiste en validar bloques de transacciones de un criptoactivo en particular para garantizar el correcto funcionamiento y seguridad de la red. Mediante este ejercicio, los mineros son recompensados con pequeñas cantidades de monedas recién acuñadas. Sin embargo, cada vez se complica ser el beneficiario de estas recompensas.
Un hashrate por las nubes
Este término hace referencia al poder de computación actual de la red de Bitcoin. Cuanto mayor sea, mayor será su seguridad y resistencia a los ataques maliciosos de terceras personas que quieran alterarla. Aunque es posible estimar la potencia de hash exacta, se puede estimar a partir del número de bloques que se minan y la dificultad actual de los mismos.
Como muestra el gráfico anterior, la tasa de hash se encuentra en uno de los puntos más álgidos de toda su historia, habiendo alcanzado máximos históricos durante el mes de enero de 2023. Esto se traduce en que el poder de computación necesario para minar un bitcoin es elevadísimo, algo que está al alcance de muy pocos mineros individuales.
Altas barreras de entrada
La rentabilidad de la minería viene determinada por dos factores principalmente. Uno de ellos es el precio de la criptomoneda en cuestión y el otro, hace referencia a los costes operativos de la actividad como es la electricidad. Por último, hay que tener en cuenta también el precio de adquisición de los equipos, así como su mantenimiento.
Por ejemplo, si un usuario tuviese un equipo minero de 140.000 ths de potencia, pagando 0,15 €/kwh de electricidad, el beneficio neto realizado sería de -15, 20 €. Estos números no tienen en cuenta el coste de adquisición del equipo minero, por lo que se ejemplifica que no es una actividad rentable.
A veces, los mineros en solitario reciben la recompensa total
Como norma general, los mineros individuales se unen a diferentes pools de minado para agrupar potencia computacional y así van recibiendo recompensas de manera consistente. En cambio, como se expone anteriormente, el riesgo de la actividad sigue siendo bastante alto.
Si se profundiza en cómo funciona la minería, la posibilidad de dar respuesta al acertijo matemático viene determinado por probabilidades. Por ese motivo, algunos mineros individuales pueden derrocar a las grandes infraestructuras como es el siguiente caso.
En el bloque 772.793, un minero individual perteneciente a Solo CKPool con un poder de hash de apenas 10 TH/s consiguió resolver el bloque en solitario y recibir la recompensa de 6,25 bitcoins de manera íntegra. Este usuario sólo representaba el 0,000000037% de la potencia de la red.
Con la dificultad actual, un minero de estas características debería resolver un bloque, aproximadamente 1 vez cada 500 años. Por ende, las probabilidades de que fuese el primero en resolver este bloque eran de 1 entre 26.900.000.
Dificultades en el resto de monedas
En el otro mecanismo de consenso empleado para la minería Proof of Stake, poder generar ingresos elevados sólo está al alcance de gente con alto poder adquisitivo. Por ejemplo, en el caso de Ethereum, se necesitan 32 $ETH para poder montar un nodo validador.
En el resto de monedas de este algoritmo, las barreras de entrada suelen ser inferiores. En cambio, la cantidad de monedas generadas unidas al precio por unidad, desincentivan por completo el proceso de esta actividad como fuente principal de ingresos.