El metaverso es la palabra de moda de este 2023. A día de hoy, se escucha hablar mucho sobre este tema, pero existe cierta confusión sobre el concepto real y su significado. Gracias a estas preguntas y sus respuestas, serás capaz de desgranar todos los atributos que debería tener un proyecto de metaverso real. Comencemos.
¿Es inmersivo?
En primer lugar, un metaverso tiene que ser un espacio inmersivo que evada al usuario de cualquier elemento de la realidad. Para ello, es necesario contar con tecnología puntera y su correspondiente software para dotar de una experiencia única al usuario que está dentro de un mundo paralelo.
Para ello, es imprescindible contar con gafas de realidad virtual, acompañada de tecnología de realidad aumentada. Además, la presencia de trajes que simulen el tacto de los objetos visualizados en estos mundos jugará un papel importante en el futuro.
¿Es multi usuario?
El metaverso tiene que ser un lugar para conectar. Esto implica que tiene que brindar la posibilidad de poder interactuar con diferentes seres, ya sean ficticios, inanimados o reales dentro del mismo espacio temporal. De esta manera se tiene la posibilidad de elegir con quién pasar nuestro tiempo.
En el caso de que no sea así, no puede catalogarse dicho proyecto en el que estamos inmersos como un metaverso ya que su componente social quedaría anulado por completo. En el caso más extremo, estaríamos hablando de un libro o de incluso un videojuego normal y corriente.
¿Tiene su propia economía?
Los nuevos participantes de estos mundos virtuales van a demandar la existencia de una economía paralela en la que poder crear y distribuir diferentes bienes digitales. A su vez, se prestarán servicios y para ello, una nueva forma de intercambiar valor tendrá que ser creada.
En ese sentido, cobra mucha fuerza la posibilidad de usar activos digitales en formato NFT y criptomonedas o tokens como medios de intercambio. Todavía es pronto para discernir si cada metaverso contará con tokens exclusivos o existirá una moneda de intercambio global. Eso sí, la plataforma más transparente para realizar este registro contable es la blockchain.
¿Está en 3D?
Esta característica es indispensable, ya que supondría el siguiente paso a la hora de comunicarnos entre nosotros una vez empleado los medios digitales en 2D, como las videollamadas. Por ese motivo, la tecnología tiene que adaptarse a que el usuario perciba los estímulos del metaverso como en la vida real. Si no, simplemente sería un videojuego.
¿Es sociable?
Un metaverso tiene que ser un espacio dónde llevar las interacciones sociales al siguiente nivel. Se pretende que sea la evolución natural a las redes sociales y posibilite la vivencia de experiencias con gente querida de una manera similar a la experimentada en la vida real.
Por ese motivo, se pretende eliminar la sensación de lejanía y que la capacidad de relacionarse con personas conocidas de manera virtual, se asemeje a la vida normal. En el caso de no existir este tipo de conexiones sociales, un metaverso no tendría sentido.
¿Es online?
Esta última característica es imprescindible por el simple hecho de que, si se cumple todo lo anterior y esto no, el metaverso sería la misma vida real. Por tanto, con estas simples preguntas, conseguirás una visión más amplia de los requisitos mínimos que un proyecto de mundo virtual debe aspirar para ser catalogado como tal.