La palabra «metaverso» está muy de moda a raíz del cambio de marca de Facebook a Meta, que está trabajando en el desarrollo de un mundo virtual gestionado por ellos. Por otro lado, otros mundos digitales están siendo creados encima de la tecnología Blockchain, apoyados para la creación de activos de los tan famosos NFTs.
Los tokens no fungibles son de vital importancia para la creación de metaversos cuya economía y activos digitales usados dentro del mismo se le puedan atribuir la característica de propiedad a cada uno de los poseedores. Los smart contracts asociados a estos son los que hacen posible estos cuatro usos tan imprescindibles que los NFTs tienen en estos mundos paralelos.
Avatares
Estos son la representación real o imaginaria de un usuario dentro de un metaverso. Sirven como una extensión de nuestra identidad donde existe total libertad para organizar y construirla en base a nuestros gustos y forma de ser.
Una ventaja que tienen estos es el de poder utilizar varios diferentes según el momento, para así disfrutar de experiencias sociales y de comunidad incluso según ubicaciones diferentes dentro del propio metaverso.
Algunos de los proyectos NFTs más enfocados a la creación de una identidad virtual son los ya prestigiosos CryptoPunks o Bored Ape Yatch Club, que conceden derechos exclusivos y acceso a comunidades cerradas dentro y fuera del metaverso.
Ropa
La vestimenta es una de las más claras señas de formación de identidad e incluso de pertenencia a un grupo social. En el metaverso están vinculados de forma muy directa a nuestro avatar, ya que se puede personalizar la vestimenta y complementos para crear una identidad única.
De hecho, numerosas empresas como Prada, Gucci, Zara o Valenciaga ya venden ropa en el metaverso para posicionarse como pioneras de un nuevo modelo de negocio que sin duda, se convertirá en más lucrativo que el tradicional, ya que se ahorran costes de materia prima por ejemplo.
Tierras virtuales
Los terrenos de los metaversos son las diferentes fracciones en las que estos mundos pueden dividirse. Estos como en la vida real, pueden tener diferentes dimensiones y ser negociados en diferentes marketplaces. Esto es posible ya que se negocian en forma de NFT que es la que verifica que esa parcela es de tu autoridad.
En los metaversos de Decentraland y Sandbox, dos de los más famosos, la fiebre por la inversión en terrenos virtuales alcanzó su máximo esplendor durante todo el año 2021. De hecho, la parcela contigua a la de Snopp Dog en Sandbox, fue comprada por 450.000 dólares.

A pesar de esta anécdota, hay que extremar las precauciones a la hora de invertir en terrenos virtuales ya que puede ser una inversión arriesgada y no apta para todo el mundo. Sin embargo, a medida que se vaya introduciendo más gente, la escased de la tierra será cada vez más notable.
Bienes inmuebles
Una vez adquirido un terreno virtual, una de las opciones que nos ofrece es la construcción de una propiedad virtual. Esto incluye casinos virtuales, clubes y salas de conciertos, galerías NFTs, tiendas y mucho más. Al igual que los terrenos, se pueden arrendar, comprar y vender gracias a las propiedades inherentes de los tokens no fungibles.
Alrededor de este mundo, surgen oportunidades de negocio que todavía no han sido explotadas dada su novedad y los token no fungibles son la clave para dotar a estos mundos de la creación de una economía propia.