Para que un token refleje en su precio toda la utilidad para la que fue creado, es necesario que su modelo de distribución de los mismos se haya diseñado en consonancia con esos objetivos que pretenden conseguir. Aquí es donde entra en juego el modelo económico del mismo. Continúa leyendo y descubrirás como.
En primer lugar, para analizar la eficiencia de este modelo, hay que dar respuesta a una serie de preguntas tales como:
¿Por qué necesitan un token?
Si observamos que no ofrece ningún tipo de utilidad reseñable, estaríamos limitando su valor al juego de especulaciones, casi prácticamente similar al jugar a juegos de azar que no tienen ningún fundamento detrás. Por ende, para afinar su propuesta, podemos seguir preguntándonos lo siguiente:
¿Quién usa los tokens?
Podría parecer una respuesta un tanto obvia pero no, saber responder con claridad nos permitirá identificar cuál es la propuesta de mercado del proyecto. Para ejemplificar este apartado usaré el token BNB. En él podemos vislumbrar cuatro actores principales:
- Usuarios: aquellos que transaccionan regularmente, pagan comisiones, reciben comisiones por pagar con tarjetas de débito, participan en su launchpad, proporcionan líquidez, recomiendan su plataforma o productos incluidos en ella..
- Desarrolladores: pueden crear, listar, promover, vender y financiarse dentro del propio ecosistema de la BNB Chain. Todo esto en el momento de crear su propio token. Además de poder crear y gestionar sus propios contratos inteligentes (smart contracts).
- El propio exchange Binance: a través de generar comisiones en forma de BNB a la hora de tradear cualquier token creado en su red, cuando se aplican y se crean nuevos contratos inteligentes o también cuando se hacen transacciones de sus tarjetas cashbacks.
El siguiente paso es observar los siguientes ítems:
- Suministro total circulante:
¿ Es importante la cantidad de tokens en circulación? Pues depende del objetivo del proyecto. Si busca hacernos ver que es un activo muy valioso, el suministro será muy bajo como en Bitcoin. Si por el contrario, pretende crear la ilusión de que te puedes enriquecer fácilmente, añadirán mucha cantidad de tokens. El motivo principal es que si realizas una compra, aunque sea de muy poca cantidad, parecerá que eres muy rico de esa criptomoneda. Un ejemplo ilustrativo sería el caso de Shiba o Dogecoin.
- Precio de las tarifas de comisiones.
Si las tarifas son muy elevadas como en Ethereum, se buscarán alternativas para pagar menos dinero, pudiendo provocar que el volumen baje y el activo se deprecie. Por el otro lado, unas tarifas bajas pueden generar que alguien realice ataques, dando una mala imagen al proyecto. Además, estas comisiones se pueden destinar a:
- Financiar el proyecto: destinados al pago de los desarrolladores o a financiar campañas de marketing por ejemplo.
- Añadir más liquidez y convertirlo en más atractivo.
- Quema de tokens, reduciendo la oferta mediante quema de las comisiones generadas o recompras de tokens por parte del equipo.
- Distribuir recompensas a los mineros o proveedores de liquidez.
Por último, todas estas variables nos daría como resultado el diseño de los siguientes modelos:
- Modelo inflacionario: no hay límite de suministro como por ejemplo Polkadot.
- Modelo deflacionario: la cantidad de tokens se reduce con el tiempo o la emisión de los mismos se detiene mientras que la demanda puede seguir subiendo. Es el caso de Bitcoin
- Modelo mixto: modelos de tokens inflacionarios que incorporan mecánicas deflacionarias. Uno de ellos sería Ethereum.
Por tanto, ¿qué conclusión podemos sacar? Muy sencillo, saber identificar el modelo económico del token nos servirá de guía para determinar la posible evolución del precio a largo plazo.