El año 2022 ha sido un año bastante estrepitoso para el mercado de las criptomonedas. Para muchos, ha sido el peor de toda su corta historia. Lo cierto es que, a escasos días para finalizar este año, haremos una recapitulación de los sucesos que han marcado para mal este criptoinvierno.
El colapso del ecosistema de Terra
Terra es una blockchain que tenía un token nativo llamado $LUNA que se encontraba entre el top 10 de criptomonedas con mayor capitalización de mercado. Además, contaba con una moneda estable algorítmica $UST en la que, para regular su paridad con el dólar, estaba estrechamente vinculada con su token nativo.
Estaba liderada por Do Kwon, CEO y fundador de la fundación que la respaldaba Terra Labs. Aparte contaba con un ecosistema DeFi en auge en el que existía un protocolo llamado «Anchor Protocol» muy popular entre la comunidad. La principal razón se debía a que se podía generar unos rendimientos en $UST del 20% anual mediante el staking.
El origen del despropósito comenzó cuando la stablecoin algorítmica empezó a perder su paridad en mayo de este año. Por lo visto, un grupo de inversores institucionales provocaron ventas masivas que hicieron desestabilizar el precio. Acto seguido, se generó una ola de pánico y una «espiral de la muerte» que provocó la bajada brusca del token $Luna por un exceso de oferta.
El resultado final fue una moneda estable y un token nativo que se fueron directamente a 0 en la que muchas personas sufrieron graves pérdidas. Además, todo esto arrastró a Bitcoin desde los 39.000$ hasta los 26.000$ en menos de una semana.
En la actualidad, el fundador del ecosistema se encuentra fugado y en búsqueda y captura por la Interpol. Además, en un intento por recuperar la confianza de los inversores, hizo un fork de la cadena, recompensando con este nuevo token a los holders de ambos tokens, pero con escaso éxito.
El capítulo de Celcius Network
Celcius Network era una plataforma de préstamos centralizada que permitía a los usuarios recibir intereses por sus depósitos en criptomonedas. Además, la cantidad del préstamo a recibir dependía de la cantidad del colateral depositado. En definitiva, su funcionamiento era similar a un banco ya que usaba estos depósitos para prestarlos a otras instituciones.
Aquí, los problemas llegaron cuando se produjo el depeg momentáneo del stETH de Lido Finance y el protocolo de Anchor colapsó. Celcius se encontró en una situación en la que había perdido mucho dinero y, además, estaba muy sobreapalancado.
Ante esta situación, se le sumó la ola de reembolsos que tuvo que soportar durante parte del verano de 2022. La crisis de liquidez era ya palpable y se temía lo peor. Finalmente, tuvo que declararse en bancarrota y gran parte de sus clientes no han conseguido recuperar el dinero. Además, esto arrastró al mercado hacia nuevos mínimos.
La quiebra de FTX
A finales de este año, se produjo el colapso del segundo exchange más grande del momento y seguramente el acontecimiento más duro como así lo ha reflejado en el mercado. Todo comenzó cuando salieron a la luz unos informes que reflejaban unos balances de su token FTT un poco extraños, que poseía el fondo de inversión asociado Alameda Research.
Tras esto y un intento de compra fallido de su máximo competidor Binance, se demostró que se había inflado artificialmente su token nativo para conseguir mayor capacidad de endeudamiento. Finalmente, esta sobre exposición junto con el uso de los fondos de sus clientes, han derivado la quiebra del mismo.
Esto ha ocasionado la caída de Bitcoin por debajo de 20.000$ y una falta de confianza por parte de la comunidad en la gestión de los activos de las plataformas centralizadas. Una de las lecciones más valiosas que ha aprendido el ecosistema en este año 2022.