El mundo de los videojuegos lanzados sobre la tecnología blockchain ha experimentado una fase que se podría considerar un fracaso. Sin embargo, ha puesto de manifiesto que existen muchas utilidades que, bien implementadas, podrían atraer el foco de los más apasionados jugadores tradicionales. Expongamos algunas de ellas.
1. Derechos de propiedad digital
Gracias al registro de la blockchain, los activos de un juego se pueden convertir en tokens no fungibles (NFT), que permanecen inmutables y son de su propiedad. Por tanto, se añade un nuevo nivel de seguridad en los logros nunca antes visto.
Si por algún motivo, el juego deja de funcionar, otros desarrolladores podrían intervenir para dotar de una nueva utilidad de esos activos. Esto abre muchas puertas ya que estos creadores podrían tener casi asegurado una gran comunidad que ya posee parte de los objetos para jugar.
2. Liquidez en un mercado secundario
A través de la integración de marketplaces en las interfaces de los juegos, los usuarios tendrán la oportunidad de intercambiar ítems en un espacio de libre mercado con total transparencia y seguridad que blinda la cadena de bloques y los smart contracts que representan esos activos únicos digitales.
Además, conservar el valor de su tiempo y/o sus inversiones monetarias si deciden abandonar un ecosistema nunca había sido tan fácil. En la mayoría de juegos tradicionales, la compra-venta de cuentas con un determinado progreso esta baneado y en los que no, se dificulta mucho la integridad de este proceso.
3. Procedencia
Con este modelo, los bienes virtuales podrán tener una historia y ser esta verificable. Esto le dota de aún más valor histórico y de cierta exclusividad. Por ejemplo, imagina poseer la «skin» de la pistola exacta y firmada por tu jugador de e-sports favorito que utilizó para ganar el campeonato mundial.
4. Gobierno de la comunidad
Los jugadores en este ámbito van a poder participar activamente de la dirección de sus juegos favoritos a través de Organizaciones Autónomas Descentralizadas y consejos. Esto abre un nuevo paradigma en la forma de gestionar y dirigir el rumbo de un juego, que pasa de la mano de directivos a decisiones tomadas de manera democrática por la comunidad.
5. Acumulación de valor
El valor creado a través de los juegos puede acumularse de forma transparente en un token del ecosistema a medida que más jugadores gastan tiempo y dinero en estos mundos. Sin embargo, tienen el peligro de que no consiga capturar el valor real y que su diseño de su propia economía tenga fallas que puedan ser aprovechados por agentes maliciosos.
Aparte, numerosos especuladores pueden desvirtuar el precio del token, perjudicando a aquellos que dedican tiempo y dinero a jugar al mismo. De hecho, hoy en día todos los tokens vinculados a juegos llamados «Juega para Ganar» tienen una gráfica de estrepitosa subida junto con una caída libre igual de acelerada.
6. Infraestructura de pago Web3
Los videojuegos construidos sobre blockchain acercan al usuario al nuevo paradigma de la web3, dónde el control de los datos recae en el usuario y sólo una dirección de una wallet permite el registro a multitud de plataformas sin necesidad de recordar tediosas contraseñas y usuarios distintos.
Además, el uso de pagos mediante criptomonedas, posibilitan el uso de estos fondos para las piscinas de los premios alojados en contratos inteligentes y los pagos para el acceso a torneos, algo que resulta especialmente oneroso en los deportes tradicionales.