Ethereum es uno de los ecosistemas DeFi más valorados de panorama cripto. Cuando parecía que los problemas de congestión de su red eran cosa del pasado, un nuevo fenómeno está causando que la red no funcione a la velocidad que debería en 2023. Sigue leyendo los efectos colaterales de este problema y su terrible situación actual.
Una «meme season» como foco principal del problema
Ethereum ha sufrido una oleada de tokens creados recientemente que han generado gran expectación en el ecosistema. Todo comenzó con $PEPE, una moneda creada en tono humorístico cuyo logo es una rana, que tenía intención de rivalizar con «memecoins» populares como la de los perritos $DOGE y $SHIB.
Muchos inversores, atraídos por las espectaculares ganancias de otros compañeros, se han interesado por esta nueva criptomoneda, provocando un volumen de transacciones excesivamente alto en la red. Esto no hacía más que saturar la red ya que los bloques de Ethereum tienen un determinado espacio para registrar x transacciones, el resto tienen que esperar.
Altas tarifas, para posicionar la transacción primera
Por tanto, los inversores entran en una disputa para que su transacción se confirme antes que la del resto para así no perder ventaja a la hora de vender o comprar a un precio más competitivo. Sin embargo, para tener prioridad necesitan incrementar el pago que realizan a los validadores.
De hecho, según una actualización de Whale Alert, un usuario ha gastado la sorprendente cantidad de 64 ethers (119.322 dólares aproximadamente) para comprar una memecoin llamada $FOUR en Uniswap. Este intercambió 84 Wrapped Ether (WETH) por 13,8 mil millones de dicho token.
Los bots juegan con ventaja
Otra razón de peso que ha propiciado este aumento de comisiones han sido los bots MEV. Este tipo de bots son usados por los validadores para reordenar las transacciones en su beneficio propio. Además, son capaces de poner en práctica un ataque muy peculiar llamado «sandwich attack«.
El objetivo principal de este ataque se basa en manipular el precio de un activo en un breve periodo de tiempo para sacar rédito económico. Permite que dos transacciones suyas se ejecuten antes y después de una transacción objetivo, para así beneficiarse de la variación de precios.
Esta práctica se ha incrementado al ver las expectativas de ganancias al tradear estas shitcoins. Los atacantes han visto una oportunidad de incrementar sus ganancias, pero a costa de perjudicar al resto de inversores promedio del mercado.
Dos efectos dispares: negativo y positivo
Todo lo que está ocurriendo en el ecosistema tienen unas connotaciones muy negativas. El primer argumento para ello es que este incremento de tarifas en la mayoría de casos prohibitivas, no favorece la entrada de nuevos usuarios en el ecosistema. Esto inevitablemente pone en duda el cumplimiento del objetivo de la adopción masiva.
Por otro lado, el incremento de comisiones favorece que más cantidad de ethers se quemen diariamente. En estos últimos días se está consiguiendo que el ritmo de quemado sea superior al de emisión, por lo que se está volviendo más deflacionaria que nunca como muestra el gráfico anterior.
Seguramente, haya muchos inversores que se vean afectados por estas dos circunstancias. Aunque lo mejor para todo el ecosistema es que las tarifas vuelvan a la normalidad, para así incentivar el uso de protocolos para normalizar el uso de las finanzas descentralizadas.