Los airdrops son una manera muy recurrente de ganar visibilidad muy rápidamente y por consecuencia, atraer posibles inversores interesados en tu proyecto. Sin embargo, en esta industria, el lanzamiento de un token suele ser en ocasiones muy precipitado y carente de sentido. Para ello, vamos a descubrir algunas maneras de lanzar un token mediante airdrop que inviten a la sospecha.
Las prisas por financiarse rápidamente no son buenas
Por norma general, todo proyecto que anuncie un airdrop desde su cuenta de Twitter antes de cualquier especificación real o cualquier producto probado por su comunidad puede interpretarse como una necesidad imperiosa de llamar la atención para así atraer a inversores potenciales que sacien las necesidades urgentes de financiación.
Por tanto, anunciar airdrops por cualquier red social sin tener todavía ningún producto es una advertencia flagrante de que los intereses del equipo no se alinean con los de la comunidad. La tokenización de cualquier producto, servicio o negocio siempre tiene que seguir un proceso planificado y estructurado que tenga sentido.
Situaciones que hacen sospechar
Aparte de lo mencionado anteriormente, se pueden valorar diferentes situaciones que, si se dan juntas, aumentan las probabilidades de que se esté analizando un proyecto cuyo objetivo sea engañar a la mayor cantidad posible para enriquecerse rápidamente. Algunas de ellas son:
- Lanzar un whitepaper temprano sin referencias a artículos académicos.
- Mala distribución de tokenomics.
- Código cerrado o forkeado de otro proyecto.
- Asociaciones falsas.
De estos puntos, algunos de los más flagrantes que se pueden detectar más claramente serían los tres primeros. Un whitepaper con mucha palabrería, sin referencias ni justificaciones claras de los problemas que el proyecto resuelve y cómo el token encaja con el mismo habría que analizarlo con pinzas.
Por su parte, una distribución de tokenomics en los que directamente o indirectamente, la mayoría de ellos pertenecen al equipo, podría generar severas manipulaciones de precio que perjudiquen seriamente al inversor retail. De hecho, se pueden diseñar para que sólo beneficien a unos pocos fundadores o colaboradores principales seleccionados.
Asimismo, uno de los problemas a los que se enfrenta el inversor es la dificultad de saber qué es verdad y lo qué no, ya que existen muchas formas de camuflar y esconder las malas intenciones de los equipos.
Ejemplo de Kasta
Kasta es un proyecto de creación de una plataforma de pago cripto que permitía transacciones cripto de persona a persona de manera instantánea y sin fronteras. Gran parte de los tokens se lanzaron a través de un launchpad que originó un gran pumpeo del token para posteriormente estar a un precio inferior del precio de salida.
Además, en sus tokenomics se podía intuir que más del 50% de los mismos estaban controlados indirectamente o directamente por parte del equipo, algo que junto con su escasa utilidad han convertido a este proyecto en un absoluto fracaso.
Una pequeña guía para hacerlo bien
Como se ha podido comprobar, la criptoeconomía es un arte de ingeniería cuyo objetivo es que el token captura el valor del protocolo y vaya en consonancia con todo lo desarrollado en el proyecto. Por ello, no puede ser solamente una pieza de código dónde no exista nada que lo respalde. Por eso, siempre tendrían que seguirse estos pasos:
- 1. Código open-source.
- 2. Equipo legitimado.
- 3. Código auditado.
- 4. Producto en pre-producción o en testnet para que se pueda probar.
- 5. Propuesta de tokenizado tras meses de pruebas.
- 6. Lanzamiento público de la distribución del token y utilidad.
- 7. Estrategia de lanzamiento del token (airdrop, ico, ido, ipo).
Si se observa estos pasos analizados meticulosamente, las probabilidades de no caer en un proyecto scam están casi garantizadas.